viernes, 13 de agosto de 2010

Los prejuicios.

Los prejuicios que nos predisponen en contra de los demás los absorbemos en el ambiente en que vivimos o a través de personas que tienen intereses creados y los aplicamos aún en el seno de nuestra propia familia y amigos. Esto provoca antagonismos, rivalidades y encontronazos, porque resulta que "yo soy el que tengo la verdad y tú estás equivocado"; que "yo sí conozco la realidad y tú no sabes nada". En algunas familias se crea un conflicto permanente en el que unos se enfrentan a otros empeñados en convertirse en dueños de toda la verdad y los demás son relegados porque solamente tienen una verdad a medias o ninguna. Cuando permitimos que los prejuicios nos dominen, nuestra visión de la realidad se empobrece y, protegidos en nuestro castillo, nos preparamos para la batalla convirtiéndonos en únicos depositarios de toda la verdad.

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